24 de junio de 2012


Brainstorming
(signos vitales)


El viaje: extreme makeover. Alicia persiguiendo al conejo.

Aprendizaje humilde de la desclasificación. Ejercicio difícil. Experimentación pura (la tercera vía; sutilización de polaridades). Desprendimiento de los prejuicios morosos a fuerza de excepciones.


Todos los días las batallas miles. Resistencia a un mundo de contrastes disyuntivos: ni rudos vs técnicos; ni “elegidos” u “oyentes” (luz y oscuridad; el combate final. Maniqueísmo del bueno).

Días del cosmos en mute y días señalizados. Si subordinación sustantiva o circunstancial, digresión evitable.

Días de “soy del mundo” o “el quinto punto cardinal”. La casa es donde cae la noche; donde suene ese reloj barato que compramos en Bolivia: hoteles de mala muerte; habitaciones peladas; la hamaca en un barco de hacinamiento; la carpa en la playa, la carpa en cierta comisaría mexicana, ó la carpa al costado de esa laguna; la bolsa de dormir en las terminales cubanas ó en la casa de aquella buena señora; la camioneta estacionada en una gasolinera. El hogar adentro.

Días de “no hay lugar ni en el espejo”. Vicios neuróticos- resabios de un psicoanálisis horadante. Rastro de búsquedas ignoradas. O condición humana, tan tan. Y extraño mi cama de siempre…

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La prueba de  las elecciones constantes: incremento de la tolerancia a la incertidumbre - descenso de la aversión al riesgo. Agotamiento colateral. Cierta sensación de libertad (grito de victoria).

Días de extrañar las rutinas abandonadas; por cobijo y saludable previsión. Auténtica saudade: bien padecido y mal disfrutado.

Días todo-fluye/los astros alineados. La sorpresa de ciertos despojos (limpia sanadora con olor a copal). Fuerza recobrada.

Días de apego primigenio. El mundo perseguidor. Respiro hondo e intento reencuadrarme. Miles de veces pierdo por knock-out

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El trabajo manual: camino sostenible; al principio. Luego (y para siempre), vindicación filial: las manos de mi madre cocinera, mi madre tejedora, mi madre de la costura bella, mi madre guerrera del intento. Meditación tejida con hilo encerado (los buenos días). El regalo de la belleza azarosa alguna vez, sorpresas de no creer.

Arte o artesanía: la disquisición del millón; la respuesta de los egos. Y eso no es semántica.

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Los encuentros. Días de muchas voces y días de silencio urgente. Los “seis grados de separación” y la soledad vital. Sin tantos complejos. Bendiciones a los dos lados del tablero. A veces, las piezas se mueven solas.

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Miles de posibilidades-definición. La lotería en Babilionia. Parálisis de trampa.

Mejor quemo el diccionario. Hay días que sale. Aleluya. 

13 de junio de 2012


Mesoamérica...

Guatemala del camino veloz. Guatemala de los buenos encuentros.
El paso es rápido pero la vista se detiene con atención colgada en algunas cosas. Mirada casi- distraída, juego de nuevo al veo-veo pa´probar qué resulta de mover este caleidoscopio en la “Bolivia de Centroamérica”, Lonely Planet author´s dix it.
Entrada desde el sur mexicano. Intento de la migra por hacerse el almuerzo con la exigencia de monedas varias pa´ cruzar el charco inexistente. Universalismo. Los shoppings y los Mc´Donalds son los no-lugares y estas son las no-situaciones. Aquí o allá es lo mismo, vio? Naturaleza humana o consecuencias de la vida en sociedad, no sé. Boludez  nomás,  disque humanidad.
Activación de la ley “suerte de principiantes” (o “recién llegados”, que sería lo mismo): una familia guatemalteca ofrece un aventón y nos apiñamos en el carro que vuelve de las vacaciones en Cancún. Como pasa una cosa pasa la otra, definitivamente. Las buenas sorpresas siempre salen al  camino…
Mercado de Chichicastenango


Primera anotación: en Guatemala hablan de vos, che!! La extranjeridad retrocede tantito de un solo golpe casual.
Los mirares
Naturaleza generosa, verdores miles (sobre todo donde la temporada de lluvias ya se animó). Plantaciones de mango, palmas de aceite, papayas, bananos, caña, cardamomo, café, chicle, plantas para fabricar el hule, té, maíz, col, hierbas aromáticas –se dice que exportación a 140 países-. Arroyitos, cascadas, arroyitos, cascadas…
 Guatemala exuberancia y colores.
Guatemala agrícola y manual: ni un solo tractor en el horizonte campesino. Gente sembrando, gente cosechando, gente quemando los restos de la cosecha. Humaredas espantosas y gigantes. Pero no hay de otra, como dicen aquí.  Ni bueyes para arar la tierra… 
San Pedro La laguna.
Lago Atitlán
Parcelas ínfimas cuyo tamaño dudo alcance para algo más que el autoabastecimiento y escaso comercio en los mercados locales o zonales –ni que hablar de la “acumulación sostenida” como mera posibilidad-. “Legados” de una Revolución Agraria en mitad los 40 que, evidentemente, no lo fue tanto. Claro que así como se ven las cosas el progreso técnico suena a fantasía obscena.
 Pobreza y zona rural, una pareja firme y duradera (mientras escribo esto, leo que el 96% de los productores cultiva el 20% de la tierra; y el 75% de las mejores tierras pertenece al 1% de las explotaciones). Agricultura de casi-infra-pseudo subsistencia; mano de obra familiar que suele terminar migrando para conseguir un trabajo sustentable, a otra zona rural. No vi las grandes fincas, pero están en la “cara oscura de Guatemala”, ja.


San Marcos La Laguna. Inmutabilidad..
También veo pocas fábricas. Campo que expulsa - industrias que no pueden recibir; pareja  de consecuencias con hambre.
Ah, y veo muchísimas madres incansables, bellas (hermosas las guatemaltecas) y, sobre todo, casi-niñas. Esto, el campo y las ciudades-trabajo informal, contigüidad textual- imbricación fenoménica.


Los mercados, sobrevivencia y belleza de la pintoresca. Frutas, verduras, panes, tortillas –todas son hechas a mano en Guatemala-, granos, condimentos, carne de res y pescado fresca, langostinos deshidratados, quesos envueltos en hojas de palma, hierbas, comida preparada y atol del más exquisito; algunas gallinas por allí. Las doñitas arrodilladas y la manta con sus cosas a los pies; las mismas doñitas que vi sembrando hace un rato.
Y Guatemala-Chichicastenango. El mercado más grande de Centroamérica, dicen (no podría ser de otra manera). Laberíntico. Colores miles. El arte más bello de las comunidades vendido al precio del regateo. Tejidos, cueros, objetos de barro, ropas, adornos. Mujeres vendiendo flores y quemando copal en las escalares de la iglesia, la foto de Chichi.

Ahora, la acción de "El Mercado" (en singular; el lado oscuro de la fuerza). su expresión sencillita, el súper: productos de elaboración nacional, sí; pero góndolas también repletas de mercancía gringa. casi la mitad de las importaciones llegadas de "Los Estados", con arancel menos diez. Consecuencias asquerosas de un pseudo "libre Comercio" (el CAFTA y sus obscenidades). El detalle de espantar: ¿Se puede creer que Guatemala importa del Imperio Americano maíz y arroz? Pero sigamos con el súper: ofertas todos los días y precios fluctuantes como para cooptar bolsillos ajustados; a veces funciona, que hasta las mamitas terminan haciéndole la fuerza a la Despensa Familiar porque no pueden competir con los precios de los gigantes; y nosotros también.
Tanta abundancia de la madre natura y un pueblo tan mal comido. La soberanía alimentaria es una lucha “alta complejidad”, ya lo creo…
La Antigua Guatemala
Guatemala postal
El Atitlán mágico. Custodio de la cultura de sus pueblos. Profundo. Energía de contemplación eterna y ombligo de un mundo, como el gran Titicaca.
Guatemala Semuc-Champey. El origen de los tiempos. La amorosidad primigenia. No la víbora y la manzana (cuentos del poder).
La Antigua. Capital del reino. Detenida en el tiempo. Perseguida por los terremotos. El lugar de los jades.
Guatemala- el Gran Tikal. La enormidad de legado y el negocio. La historia viva.
Los volcanes. Las otras herencias mayas. Los pueblos sin turistas; el regalo más auténtico que nos dio Guatemala.
Visiones. Tikal


Las sonoridades que se ven
En Guatemala también suenan las voces ancestrales. Veintitrés lenguas-identidad, lenguas-creencia, lenguas-filiación. Transmisión conmovida. Jóvenes portadores de "otros nombres" para significar las historias (la mayúscula y las minúsculas). Patrimonio tambaleante/libertad/experiencias sin traducción y mil cosas más...


También suena la marimba en el país del quetzal!!!; hay bandas de marimba como mariachis al otro lado de la línea.
Y las conversaciones sobre el cruce a “Los Estados”, como le dicen a Gringolandia.
Y suena un Himno nacional que reza: “Guatemala feliz…! que tus aras/ no profane jamás el verdugo;/ ni haya esclavos que laman el yugo/ ni tiranos que escupan tu faz./ Si mañana tu suelo sagrado/ lo amenaza invasión extranjera,/ libre al viento tu hermosa bandera/ a vencer o a morir llamará”.
El gran Tikal

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